Las nubes se han abierto al paso de la luna en cuarto creciente. El azul celeste es de raso tras el encaje transparente. La luna sube y sube y sube vertiginosa y alocada. Se encarama sobre una nube como una cometa encantada. Once estrellas forman su cola, que ondea a derecha y a izquierda y sube tan alta y tan sola que hay el temor de que se pierda. Trepa por el cielo ligera y las niñas cantan a una girando en el corro: «-Quisiera ser tan alta como la luna». Yo también querría volar, «-ay, ay, como la luna-», más alto, sobre las estrellas del mar celeste, en un aéreo asalto, en una asunción infinita, sobre la nube y la ultranube, como la blanca favorita sube esta noche y sube y sube. Antología de sus versos. Evasión. Madrid. Espasa-Calpe, 1996. Colección Austral, núm. 388 A, p. 91. |
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lunes, 4 de abril de 2011
Poesia de GERARDO DIEGO
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